lunes, 12 de agosto de 2013

MAS INFORMACION, MENOS CONOCIMIENTO. MARIO VARGAS LLOSA


La imparable robotización humana por Internet cambiará la vida cultural y hasta cómo opera nuestro cerebro. Cuanto más inteligente sea nuestro ordenador, más tontos seremos nosotros.


Nicholas Carr estudió Literatura en Dartmouth College y en la Universidad de Harvard y todo indica que fue en su juventud un voraz lector de buenos libros. Luego, como le ocurrió a toda su generación, descubrió el ordenador, el Internet, los prodigios de la gran revolución informática de nuestro tiempo, y no sólo dedicó buena parte de su vida a valerse de todos los servicios online y a navegar mañana y tarde por la Red; además, se hizo un profesional y un experto en las nuevas tecnologías de la comunicación sobre las que ha escrito extensamente en prestigiosas publicaciones de Estados Unidos e Inglaterra. Un buen día descubrió que había dejado de ser un buen lector, y, casi casi, un lector. Su concentración se disipaba luego de una o dos páginas de un libro, y, sobre todo si aquello que leía era complejo y demandaba mucha atención y reflexión, surgía en su mente algo así como un recóndito rechazo a continuar con aquel empeño intelectual. Así lo cuenta: "Pierdo el sosiego y el hilo, empiezo a pensar qué otra cosa hacer. Me siento como si estuviese siempre arrastrando mi cerebro descentrado de vuelta al texto. La lectura profunda que solía venir naturalmente se ha convertido en un esfuerzo". Los alumnos han perdido el hábito de leer para contentarse con un mariposeo cognitivo Preocupado, tomó una decisión radical. A finales de 2007, él y su esposa abandonaron sus ultramodernas instalaciones de Boston y se fueron a vivir a una cabaña de las montañas de Colorado, donde no había telefonía móvil y el Internet llegaba tarde, mal y nunca. Allí, a lo largo de dos años, escribió el polémico libro que lo ha hecho famoso. Se titula en inglés The Shallows: What the Internet is Doing to Our Brains y, en español, Superficiales:


¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? (Taurus, 2011). Lo acabo de leer, de un tirón, y he quedado fascinado, asustado y entristecido. Carr no es un renegado de la informática, no se ha vuelto un ludita contemporáneo que quisiera acabar con todas las computadoras, ni mucho menos. En su libro reconoce la extraordinaria aportación que servicios como el de Google, Twitter, Facebook o Skype prestan a la información y a la comunicación, el tiempo que ahorran, la facilidad con que una inmensa cantidad de seres humanos pueden compartir experiencias, los beneficios que todo esto acarrea a las empresas, a la investigación científica y al desarrollo económico de las naciones. Pero todo esto tiene un precio y, en última instancia, significará una transformación tan grande en nuestra vida cultural y en la manera de operar del cerebro humano como lo fue el descubrimiento de la imprenta por Johannes Gutenberg en el siglo XV que generalizó la lectura de libros, hasta entonces confinada en una minoría insignificante de clérigos, intelectuales y aristócratas.


El libro de Carr es una reivindicación de las teorías del ahora olvidado Marshall MacLuhan, a quien nadie hizo mucho caso cuando, hace más de medio siglo, aseguró que los medios no son nunca meros vehículos de un contenido, que ejercen una solapada influencia sobre éste, y que, a largo plazo, modifican nuestra manera de pensar y de actuar. MacLuhan se refería sobre todo a la televisión, pero la argumentación del libro de Carr, y los abundantes experimentos y testimonios que cita en su apoyo, indican que semejante tesis alcanza una extraordinaria actualidad relacionada con el mundo del Internet. Los defensores recalcitrantes del software alegan que se trata de una herramienta y que está al servicio de quien la usa y, desde luego, hay abundantes experimentos que parecen corroborarlo, siempre y cuando estas pruebas se efectúen en el campo de acción en el que los beneficios de aquella tecnología son indiscutibles: ¿quién podría negar que es un avance casi milagroso que, ahora, en pocos segundos, haciendo un pequeño clic con el ratón, un internauta recabe una información que hace pocos años le exigía semanas o meses de consultas en bibliotecas y a especialistas? Pero también hay pruebas concluyentes de que, cuando la memoria de una persona deja de ejercitarse porque para ello cuenta con el archivo infinito que pone a su alcance un ordenador, se entumece y debilita como los músculos que dejan de usarse.


No es verdad que el Internet sea sólo una herramienta. Es un utensilio que pasa a ser una prolongación de nuestro propio cuerpo, de nuestro propio cerebro, el que, también, de una manera discreta, se va adaptando poco a poco a ese nuevo sistema de informarse y de pensar, renunciando poco a poco a las funciones que este sistema hace por él y, a veces, mejor que él. No es una metáfora poética decir que la "inteligencia artificial" que está a su servicio, soborna y sensualiza a nuestros órganos pensantes, los que se van volviendo, de manera paulatina, dependientes de aquellas herramientas, y, por fin, en sus esclavos. ¿Para qué mantener fresca y activa la memoria si toda ella está almacenada en algo que un programador de sistemas ha llamado "la mejor y más grande biblioteca del mundo"? ¿Y para qué aguzar la atención si pulsando las teclas adecuadas los recuerdos que necesito vienen a mí, resucitados por esas diligentes máquinas? No es extraño, por eso, que algunos fanáticos de la Web, como el profesor Joe O'Shea, filósofo de la Universidad de Florida, afirme: "Sentarse y leer un libro de cabo a rabo no tiene sentido. No es un buen uso de mi tiempo, ya que puedo tener toda la información que quiera con mayor rapidez a través de la Web. Cuando uno se vuelve un cazador experimentado en Internet, los libros son superfluos". Lo atroz de esta frase no es la afirmación final, sino que el filósofo de marras crea que uno lee libros sólo para "informarse". Es uno de los estragos que puede causar la adicción frenética a la pantallita. De ahí, la patética confesión de la doctora Katherine Hayles, profesora de Literatura de la Universidad de Duke: "Ya no puedo conseguir que mis alumnos lean libros enteros". Esos alumnos no tienen la culpa de ser ahora incapaces de leer Guerra y Paz o El Quijote. Acostumbrados a picotear información en sus computadoras, sin tener necesidad de hacer prolongados esfuerzos de concentración, han ido perdiendo el hábito y hasta la facultad de hacerlo, y han sido condicionados para contentarse con ese mariposeo cognitivo a que los acostumbra la Red, con sus infinitas conexiones y saltos hacia añadidos y complementos, de modo que han quedado en cierta forma vacunados contra el tipo de atención, reflexión, paciencia y prolongado abandono a aquello que se lee, y que es la única manera de leer, gozando, la gran literatura. Pero no creo que sea sólo la literatura a la que el Internet vuelve superflua: toda obra de creación gratuita, no subordinada a la utilización pragmática, queda fuera del tipo de conocimiento y cultura que propicia la Web. Sin duda que ésta almacenará con facilidad a Proust, Homero, Popper y Platón, pero difícilmente sus obras tendrán muchos lectores. ¿Para qué tomarse el trabajo de leerlas si en Google puedo encontrar síntesis sencillas, claras y amenas de lo que inventaron en esos farragosos librotes que leían los lectores prehistóricos? La revolución de la información está lejos de haber concluido. Por el contrario, en este dominio cada día surgen nuevas posibilidades, logros, y lo imposible retrocede velozmente. ¿Debemos alegrarnos? Si el género de cultura que está reemplazando a la antigua nos parece un progreso, sin duda sí. Pero debemos inquietarnos si ese progreso significa aquello que un erudito estudioso de los efectos del Internet en nuestro cerebro y en nuestras costumbres, Van Nimwegen, dedujo luego de uno de sus experimentos: que confiar a los ordenadores la solución de todos los problemas cognitivos reduce "la capacidad de nuestros cerebros para construir estructuras estables de conocimientos". En otras palabras: cuanto más inteligente sea nuestro ordenador, más tontos seremos. Tal vez haya exageraciones en el libro de Nicholas Carr, como ocurre siempre con los argumentos que defienden tesis controvertidas. Yo carezco de los conocimientos neurológicos y de informática para juzgar hasta qué punto son confiables las pruebas y experimentos científicos que describe en su libro. Pero éste me da la impresión de ser riguroso y sensato, un llamado de atención que -para qué engañarnos- no será escuchado. Lo que significa, si él tiene razón, que la robotización de una humanidad organizada en función de la "inteligencia artificial" es imparable. A menos, claro, que un cataclismo nuclear, por obra de un accidente o una acción terrorista, nos regrese a las cavernas. Habría que empezar de nuevo, entonces, y a ver si esta segunda vez lo hacemos mejor.




DESARROLLO DE LAS PREGUNTAS:


1. Existe un probabilidad muy acertada al afirmar lo que describe el autor del articulo.

2. En respuesta a la segunda pregunta, el autor hace referencia a que el abuso de la realidad virtual se produce cuando se pierde la capacidad de poder disfrutar la lectura de un libro completo y esta se disipa, perdiendo asi la concentracion, y como consecuencia surgia un rechazo a continuar con el empeño intelectual, y que lo mas tragico era que al tener que ller un alectura compleja demandaba mucho mas esfuerzo. Pero con ello no decimos que el uso de la infromacion brindada por el internet es mala, sino el hacernos dependientes y el esclavizar nuestro cerebro a la computadora, y dejandole todo el trabajo que deberiamos hacerlo nosotros como estudiantes.

DESARROLLO DE LA PRACTICA CALIFICADA SOBRE INFORMATICA JURIDICA Y DERECHO


1. Según ríos, qué es comunicación y cuál es su trascendencia? 

Describe fenómenos con características y significados comunes. “Son símbolos de los objetos o fenómenos, es un término que se refiere a elementos o cualidades comunes”. Su trascendencia se da con el lenguaje, ya que es el medio idóneo de poder exteriorizar el conocimiento en todo ámbito en que se desarrolla el ser humano, resultando ser un elemento indispensable para la comunicación.





2. ¿Cuáles son las tres funciones principales del lenguaje? 

Es el vehículo de la comunicación. 
Refleja la permeabilidad del individuo y la cultura. 
Hace posible el crecimiento de la cultura. 


3. ¿Qué es la semiótica? ¿En qué áreas las divide Morris? 

Es la ciencia que se encarga del estudio de los signos que facilitan la comunicación. 
Se dividen en tres áreas: 
a) La pragmática: la relación entre signos y sus efectos entre quienes hacen uso de ellos 
b) La Sintaxis: se ocupa de la relación entre los signos entre sí. 
c) La semántica: se ocupa del significado de los mensajes. 


4. ¿Cuál es la relación entre la informática jurídica y derecho?

La informática se encuentra compuesta por 2 términos: “información” y “automática”. Se relaciona por 2 vías:
- Por un lado: la informática jurídica. 
- Por otro lado: derecho de la informática. 
Es una ciencia que se desprende del Derecho, para el estudio no sólo de las normas jurídicas que dictaminan y regulan el ambiente informático, sino que también abarca en ese estudio a todo el material doctrinario y jurisprudencial que trate esta materia, para lograr un mejor control, aplicación y vigencia del ámbito informático. De esta manera, tenemos a la ciencia informática y por otro lado a la ciencia del derecho; ambas disciplinas interrelacionadas funcionan más eficiente y eficazmente, por cuanto el derecho en su aplicación, es ayudado por la informática; pero resulta que ésta debe de estar estructurada por ciertas reglas y criterios que aseguren el cumplimiento y respeto de las pautas informáticas; así pues, nace el derecho informático como una ciencia que surge a raíz de la cibernética, como una ciencia que trata la relación derecho e informática desde el punto de vista del conjunto de normas, doctrina y jurisprudencia, que van a establecer, regular las acciones, procesos, aplicaciones, relaciones jurídicas, en su complejidad, de la informática. Pero del otro lado encontramos a la informática jurídica que ayudada por el derecho informático hace válida esa cooperación de la informática al derecho. 


5. ¿Cuál es la importancia de la información desde el punto de vista jurídico? 

La información se constituye como una garantía Constitucional (Derecho a la información), entablada en una relación entre dos o más grupos desiguales, y la norma protege tales relaciones desiguales, nivelando sus intereses. Supone un derecho subjetivo público y complejo, con distinta naturaleza jurídica El universo de las comunicaciones ha adquirido en nuestra época una magnitud tal, que para ser comprendido desde el punto de vista jurídico, ya no puede valerse de la didáctica del Derecho, la revolución tecnológica a la que asistimos, y en la que estamos inmersos en el presente y en los continuos progresos de las ciencias informáticas. 

6. ¿En qué consiste la informática jurídica documental?

La informática jurídica documental consiste en el análisis de información de documentos jurídicos, para una base de datos documental. Esta rama trata de lo que es el análisis, archivo y recuperación de información contenida en las leyes, jurisprudencia, doctrina o cualquier otro documento jurídico relevante. Según chouraqui, la selección de documentos jurídicos para la informática parten de dos principales razones: la primera es que esta aplicación sirve para cualquier aplicación informática en general, y la segunda es que los problemas de documentación jurídica son mucho más agudos.

7. Señale la utilidad de la informática jurídica de gestión? 

De un ejemplo práctico. Es muy importante, ya que es utilizada en registros, tribunales, oficinas de control, y oficinas jurídicas en general, se utiliza sobre todo para el seguimiento de trámites y procesos para los que se debe tener un seguimiento actualizado y un buen control de los mismos. Así mismo, su importancia recae también en lo que significa crear identificadores y descriptores para clasificar la información que ya se ha detallado. Se encarga de organizar y controlar la información jurídica de documentos, expedientes, libros, etc, aplicando programas de administración que permitan crear identificadores y descriptores para la clasificación de dicha información Por ejemplo, informática jurídica de gestión puede considerarse a los sistemas que usan los despachos de las fiscalías corporativas, por medio de los cuales pueden buscar todas las investigaciones iniciadas a una persona, aún si es que han sido archivadas; lo mismo con los antecedentes policiales y penales, cuyo registro lo tiene el registro central de condenas.

8. ¿En qué consiste la informática jurídica metadocumental?

La informática jurídica va más allá de lo que es lleva el control a los trámites, avances u operaciones de los asuntos jurídicos, esta rama de la informática jurídica tiene la pretensión de que la misma máquina resuelva sola los problemas jurídicos, o al menos ayude al hacerlo, esta se subdivide en dos; la primera división es la informática jurídica metadocumental de sistemas expertos sacando conclusiones a partir de un banco de datos determinado y por otro lado está la informática jurídica metadocumental de sistemas de enseñanza del derecho asistidos por computadoras, esta consiste en si únicamente a las materias pedagógicas del derecho, por la que se puede evaluar la evolución que se da en el alumno que utilice esa plataforma. 


9. ¿En qué consiste la heurística y cuál es su relación con la informática jurídica? 

Se puede definir Heurística como un arte, técnica o procedimiento práctico o informal para resolver problemas. Alternativamente, se puede definir como un conjunto de reglas metodológicas no necesariamente formalizadas, positivas y negativas, que sugieren o establecen cómo proceder y problemas a evitar en la solución de problemas y elaboración de hipótesis. Mediante su método es posible aplicarlo en el ámbito de la inteligencia artificial, por ejemplo, cuando un ordenador juega ajedrez y decide cada jugada, lo hace de acuerdo a una nueva situación creada por la última jugada del adversario que requiere de una decisión razonada. La relación con la informática jurídica es que son programas de cómputo que resuelven cuestiones jurídicos que son resueltos por seres humanos. 


10. ¿En qué consiste la teoría general de sistemas aplicada al derecho? 

Las principales propiedades de los sistemas y dominios de sistemas hace una comparación entre los enfoques analítico y mecánico. Esto surge a raíz de dos niveles diferentes; el micro nivel y el macro nivel; el primero se interesa por las relaciones básicas de causa y efecto, en el que regulan el desempeño de los componentes elementales; y el segundo estudia las interrelaciones entre los subsistemas elementales. La aplicación de la teoría de sistemas en el ámbito de la administración de justicia permitió a diversos autores generar herramientas para conocer, analizar y explicar los componentes, funcionamiento y relaciones que integran las organizaciones. 


11. ¿De qué trataba la jurimetría? 

La jurimetría tiene como propósito principal llegar a sustituir al juez por una computadora, así esta podría tomar los hechos como antecedentes y podría sentenciar de una manera monótona, sin embargo ahora esta investigación no se aplica y ha sido abandonada, en lugar de eso se ha dado un lugar en la historia para lo que es la iuscibernética. Por otro lado, la Jurimetría podría sustituir al juez si la sentencia en su naturaleza jurídica fuera un simple silogismo. 


12. ¿Por qué se dice que la teoría general del control es esencial para la cibernética?

Porque al estar en la era de la informática, es fundamental que exista dependencia entre ambas; ya que la cibernética estudia sistemas abiertos, y definitivamente ha encontrado un estudio analítico en lo que viene a ser las ciencias jurídicas, por otro lado, es esencial la unión de estas dos ramas ya que así se permitiría la estructuración y el orden de una y la investigación de la otra. Así mismo Wiener definió a la cibernética como el estudio analítico de los isomorfismos de la estructura de la comunicación en los mecanismos, en los organismos y en las sociedades, entendiéndose por isomorfismo una identidad entre dos sistemas que para que exista, se requiere de determinadas relaciones entre los objetos de otro. Y la teoría de control de sistemas es esencial, porque implica el hecho de una ordenación y estructuración.